Después de la Copa Mundial de Fútbol Femenino celebrada en Nueva Zelanda en 2023, nuestro país alcanzó un gran nombre. Esto se debe a varias razones; en primer lugar, fue una representación histórica de Colombia en este torneo, y segundo, el mundo reconoció el destacado nivel individual de nuestro equipo.
Esto desencadenó importantes movimientos donde nuestras futbolistas se convirtieron en protagonistas. Los nombres de Linda Caicedo, Mayra Ramírez, Catalina Usme, Jorelyn Carabalí, Ana María Guzmán, entre otras, empezaron a resonar con más fuerza a nivel internacional.
El fútbol femenino colombiano ha asumido un papel protagónico en el ámbito internacional.
Hoy en día, las jugadoras colombianas son una opción muy valorada para los grandes equipos extranjeros, ya que el regate, la potencia, la fuerza y la calidad de la futbolista cafetera se han convertido en una debilidad para cualquier club.
Jugadoras como Linda Caicedo, quien es una figura destacada en el Real Madrid, marca la diferencia en una de las mejores ligas, como es la Primera División Española de Fútbol.
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Otros grandes nombres han comenzado a resonar en el fútbol europeo, es el de Jorelyn Carabalí, quien en su momento se convirtió en la primera colombiana en llegar a la Premier League, siendo fichada por el Brighton.
Otro caso fue el de Mayra Ramírez, quien, después de ser una pieza importante para el Levante y una destacada figura del equipo colombiano, se convirtió en uno de los traspasos más altos en la historia del fútbol femenino al ser contratada por el Chelsea.
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Y no podemos pasar por alto la notable contratación del Bayern Munich al fichar a la risaraldense Ana María Guzmán después del Mundial del año pasado.
Junto a estos nombres, hay otros que destacan en los grandes clubes europeos, como Leicy Santos, quien ha sido referente y baluarte del Atlético de Madrid; Daniela Caracas, quien milita en el Espanyol de Barcelona; Manuela Vanegas, parte de la Real Sociedad, y Catalina Pérez, quien se encuentra en las filas del Werder Bremen.
Una de las grandes figuras nacionales, Catalina Usme, rompió su vínculo con el América de Cali para ir al Pachuca mexicano, y estos mismos pasos los siguió Yirleidys Quejada, quien era una de las jugadoras con mayor proyección del Atlético Nacional y también se mudó a México para continuar su carrera con las «Tuzas».
Todas estas noticias llenan de orgullo al fútbol colombiano, pues demuestran que en esta disciplina, tan luchada por sus protagonistas, comienza a dar frutos y a abrir el camino para que grandes deportistas destaquen en el exterior.
