El clásico entre Once Caldas y Deportivo Pereira terminó 3-1 a favor de los manizaleños, pero el partido fue empañado por un episodio de racismo contra el delantero hondureño Rubilio Castillo.
El atacante anotó el primer gol, pero luego fue víctima de insultos racistas de Joel Contreras, lo que provocó su llanto en el campo. El entrenador Hernán Darío Herrera retiró a Contreras en señal de desaprobación.
A pesar de que el árbitro Diego Ulloa no sancionó la acción, los insultos continuaron cuando Castillo fue sustituido al minuto 68, lo que llevó a una intervención de Dayro Moreno y el propio Herrera para calmar a los hinchas. El entrenador Luis Fernando Suárez reveló que los insultos fueron racistas, con Contreras llamando «simio» a Castillo.
El racismo sigue siendo un problema en el fútbol colombiano
El episodio de Rubilio Castillo refleja un problema recurrente en el fútbol colombiano. La falta de sanciones contundentes frente a estas conductas agrava la situación, mientras que la solidaridad de los compañeros de equipo demuestra el apoyo necesario en momentos tan difíciles.
Los ataques racistas afectan profundamente el bienestar emocional de los futbolistas. El consuelo de compañeros como Carlos Darwin Quintero es valioso, pero el fútbol colombiano debe implementar políticas más efectivas para erradicar estas conductas y garantizar un ambiente de respeto.
La reacción de los hinchas y el papel de los clubes
Mientras que el comportamiento de algunos hinchas del Once Caldas fue lamentable, con insultos a Castillo durante su salida del campo, los esfuerzos de Dayro Moreno y Hernán Darío Herrera para pedir que cesaran los ataques son un ejemplo de cómo los jugadores pueden influir positivamente en la actitud de las gradas. Los clubes deben tomar un papel más activo en educar a su afición y promover un ambiente de respeto.
A pesar de la difícil situación, los aficionados pueden seguir disfrutando de la Liga Colombiana y apostar en WPlay.co, mientras se lucha por un fútbol sin discriminación.